Click acá para ir directamente al contenido
Columna de Opinión

“No nos olvidemos”

  • Martes 28 de enero de 2020
  • 12:18 hrs

En Chile, un 90% de los adultos mayores recibe una pensión inferior a $155.000, esto explica las condiciones de pobreza, abandono y vulnerabilidad que se deben enfrentar en la ancianidad.

En los últimos días hemos sido testigos de eventos que han generado incertidumbre en la población, pero en muchas regiones existen lugares en los cuales se acoge, alimenta y acompaña a personas mayores pobres y desvalidas; misión que se logra y que continúa gracias a personas como tú que se hacen parte, a través de nuestro programa de amigos.

La soledad e indiferencia en la que viven los adultos mayores en nuestro país es una realidad que sólo irá en aumento con los años, se estima (según INE) que en 2050 los mayores de 60 años serán un 30% de nuestra población. En Chile, un 90% de los adultos mayores recibe una pensión inferior a $155.000, esto explica las condiciones de pobreza, abandono y vulnerabilidad que se deben enfrentar en la ancianidad.

Es por esto que la misión de Fundación Las Rosas es tan necesaria, debe crecer y potenciarse. Hoy gracias a la colaboración de la comunicad, instituciones públicas y empresas privadas la fundación atiende a 2.200 abuelitos, a lo largo de Chile en sus 28 hogares cumpliendo la misión de acoger, alimentar y entregar los cuidados de salud y acompañamiento espiritual.

Hoy los voluntarios, amigos y las empresas se han convertido en grandes colaboradores de esta causa, construir alianzas significa comprometerse con los adultos mayores pobres y desvalidos, con la operación de nuestros hogares y la atención directa a nuestros residentes.

El poder aportar a Fundación Las Rosas significa adquirir un compromiso responsable con las personas mayores que nada y a nadie tienen, es darle la certeza de saberse amados y sostenidos en su vulnerabilidad.

Con tu aporte nuestra Fundación puede acoger con dignidad a personas mayores que sufren actualmente de pobreza multidimensional, alimentar su cuerpo y también su alma con cercanía, afecto y humanidad. Nos permite aumentar las horas de tratamiento para estimular el envejecimiento activo, brindar cuidados clínicos y lo más importante mantener nuestra misión de acompañar a las personas mayores, con presencia y afecto, hacia su encuentro con el Señor.

 

Por:
Jonas Garrido Novoa
Asistente de Desarrollo - Fundación Las Rosas